A los 8 meses, tu bebé siente curiosidad por todo. Ésta es una época divertida para ambos. Posiblemente te sorprenda la facilidad con la que se mueve por la casa.

Déjalo explorar pero manténgalo seguro. Cuando tiene algo en la mano, quiere tirarlo, metérselo a la boca o golpearlo contra la mesa. Estas actividades son maneras importantes de aprender. Parece que entre más ruido pueda hacer, más se divierte. El mundo es emocionante para él pero puede que algunas cosas le den miedo. Puede que llore y esconda la cara cuando esté cerca de desconocidos. Puede que se aferre a ti. Todas estas cosas son normales. Son parte del aprendizaje y el crecimiento.

Quizás intente pararse o gatear. Puede que se caiga mucho y que a ti te sea difícil verlo caer. Trata de dejarlo explorar y moverse solo a menos que esté en peligro o pueda lastimarse. Arregla la casa de la manera más segura posible para tu bebé. Tu bebé aún necesita que le des atención especial durante las comidas.

Probablemente puede agarrar la comida con los dedos. A estas alturas está aprendiendo a tomar de una taza. Cuando mastica, puede mover la comida a los lados de la boca. Ahora puedes darle alimentos más espesos y grumosos. En vez de tomar leche de vaca, tu bebé debe seguir tomando leche materna o fórmula para bebés enriquecida con hierro.

Recuerda, tu bebé sabe cuánto debe comer. Dale una variedad de alimentos que le ayuden a crecer. No lo obligues a comer. Él sabe cuánta comida necesita. Debe comer a la misma hora todos los días. La hora de la comida debe ser agradable y tan tranquila como sea posible. Apaga el televisor y procura que no haya mucha actividad adicional. Disfruten de las comidas juntos.

Es importante que todos los días dediques tiempo para hacer actividades divertidas con tu bebé. Tu bebé espera con entusiasmo pasar este tiempo contigo. Necesita que lo ames, lo abraces, le hables y juegues con él. Si pasa el día con una niñera o en la guardería, este tiempo a solas contigo es aún más importante. Tu puedes aprovechar este tiempo para jugar con él. Hasta las cosas rutinarias, como bañarlo o alimentarlo se pueden convertir en juegos divertidos y educativos. Él tiene muchas ganas de pasar tiempo contigo todos los días. Le encantan tus caricias y la atención que tu le prestas.

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