Se trata de pequeñas venas superficiales dilatadas que pueden únicamente apreciarse bajo la piel como líneas azules que la surcan, pero también provocar molestias desagradables, como dolor, picor o sensación de pesadez.Las várices son dilataciones permanentes de las venas pudiendo ser:

-Primarias: Su origen es hereditario causando defectos congénitos en las venas y sus válvulas, afectando a ambas piernas.
-Secundarias: Provocadas por embarazo, tumores, efecto secundario de píldoras anticonceptivas, efecto de fumar, permanecer largos periodos de tiempo en pie, etc.

Si temías el surgimiento de várices antes del embarazo, durante él las probabilidades de adquirirlas serán elevadas.Aparecen frecuentemente en el embarazo, aunque hay una cierta predisposición hereditaria a padecerlas: si tus padres sufren de varices, es probable que tú también las tengas durante estos meses.

Por que aparecen?

* El aumento de tamaño del útero, aumenta la presión intraabdominal y dificulta la circulación de retorno, es decir, el recorrido que debe hacer la sangre, a través de las venas, de regreso al corazón; a consecuencia de ello queda retenida en las venas que con frecuencia se dilatan de forma patológica.

* La cantidad de sangre circulante ahora es mayor, con lo cual las venas han de soportar una carga “extra”. La presión venosa aumenta y también, por esta razón, su propensión a la dilatación.

* La relajación de las paredes venosas debida a la acción de las hormonas, favorece que éstas se deformen y dilaten.

Durante el embarazo suelen surgir várices alrededor de la semana 32 de gestación, teniendo como síntomas: dolor, cansancio, sensación de peso en las piernas, hinchazón y quemazón en pies y piernas. Esto se debe por los cambios hormonales producto de la gestación. El estrógeno y la progesterona que tienen efectos en las paredes de la venas que causan su dilatación; adicionalmente el crecimiento del útero presiona la vena cava inferior y las venas de la región pélvica dificultando la circulación de la sangre entre las piernas y el corazón.

Te damos algunas pautas para prevenir el surgimiento de las molestas várices durante el embarazo:

Camina, al caminar la sangre es bombeada desde los pies hacia la parte superior del cuerpo.

Practica deportes: natación, gimnasia en el agua o hidrogimnasia, aunque siempre debes realizarlos con el consentimiento de tu médico.

Al final del día o cuando tengas un tiempo libre, mantén las piernas en alto para hacer que las sangre de los pies y piernas circulen.

No cruces las piernas al sentarte, esta postura ejerce presión sobre las venas.

No uses zapatos de tacón alto o úsalos cuando sean estrictamente necesarios.

Utiliza medias elásticas, a ser posible, de compresión progresiva. No uses calcetines ni medias con elástico que compriman la pierna o raíz de los muslos.

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