Observando con detenimiento algunas características en los ojos del bebé recién nacido, los padres podemos detectar a tiempo si surgen problemas en esta zona.

Algo fundamental es el tamaño de los globos oculares, si notásemos una diferencia, aunque fuera leve, es motivo de consulta urgente con un especialista. Esto no debe confundirse con, por ejemplo, un ojo mas cerrado que otro.

El estrabismo o desviación también es motivo de consulta como así también el lagrimeo constante de los ojitos del bebé. En este último caso puede ser síntoma de una obstrucción parcial de los conductos lagrimales o de excesiva presión en el ojo (glaucoma).

Si no apareciera ninguno de estos síntomas… a no preocuparse mas!!! La primera visita al oftalmólogo infantil puede realizarse cuando el niño tiene 3 o 4 años y debe repetirse al comienzo de la adolescencia para prevenir la miopía.

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