El chupete, gran tranquilizador de bebés, es un objeto fácil y cómodo para calmar la ansiedad de succión del niño. Lo usamos para conformarlo si el bebé se pone fastidioso o cuando lloriquea.

El uso del chupete trae algunos riesgos que debemos conocer:
– El riesgo de la contaminación del chupete está siempre presente, especialmente si se usa durante todo el día. Es imposible mantener un chupete limpio y su contaminación puede ocasionar al bebé enfermedades como la diarrea.
– El riesgo de las deformidades en los dientes y la boca en general no se puede evitar si el bebé es un adicto al chupete. Cuanto más prolongado sea su uso, más probabilidades habrá de que las piezas dentales no crezcan normalmente o aparezcan deformaciones en la mandí­bula y paladar. Si al chupete le ponemos miel o azucar para placer del bebé, el riesgo aumenta por las bacterias que dañan los dientes y producen caries.
– Las infecciones en los oídos también pueden ser provocadas por el uso del chupete. La succión estimula la salivación por lo tanto habrá mas bacterias en la boca que podrían pasar de allá al oido medio.
– La lactancia también se ve afectada con el uso del chupete. ya que puede dificultar la adquisición de la técnica para la lactancia materna.

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